A diferencia de otros años, la festividad no consistió solamente en el tradicional pasacalles en el que se paseaba la sardina, sino que en esta ocasión, los niños pudieron "prepararse para el evento" con antelación.
Así es, desde las 16:00h. fueron los propios niños los que prepararon la sardina. Cada niño coloreó y recortó una escama, que luego cubriría la sardina. También prepararon antifaces y trajes "de luto" para asistir al evento.
A las 17:30h. ya todos estaban listos para el entierro. Unas 500 personas participaron en el mismo. Ha sido, según el Ayuntamiento, el año con más participación en los últimos ocho.
Cuando finalizó el desfile, una sorpresa esperaba en la plaza del Ayuntamiento: este año por fin se retomaba la costumbre de quemar la sardina.
Cada niño había escrito en su escama algo malo del último año. Con la quema de la sardina se simbolizaba dejarlo atrás y comenzar de nuevo.
Con la quema dio fin la tarde del Entierro de la Sardina y el Carnaval entero. Fueron unas horas en las que disfrutamos de lo lindo junto con todos los niños que nos acompañaron. Esperamos repetirlo más años.
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